“CONTROLANDO LA RED”

La principal organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el apoyo de la mayoría de sus miembros, busca controlar todo aquello que se lee, publica y comparte a través de internet.  Ya que, acuerdo con su reciente informe: "Directrices para la gobernanza de las plataformas digitales", aunque dichas plataformas han dado voz a las personas que defienden la igualdad y la libertad, también se han convertido, en lo que el informe llama, “burbujas de aislamiento y capullos de desinformación”, que, en ocasiones, al decir del informe, fomentan “teorías conspirativas y violencia extrema” al "favorecer, muchas veces inadvertidamente, debido al uso de algoritmos, la desinformación y el discurso de odio.”

Ante esto, la UNESCO “se compromete a ayudar a los Estados Miembros, a la sociedad civil y a los principales actores digitales a adoptar este texto para que el modo de funcionamiento de las plataformas se ajuste plenamente a nuestros valores y a la normativa internacional en materia de derechos humanos.” De ponerse en práctica dichas directrices, la UNESCO (bajo el amparo de sugerentes términos tales como: derechos, ciencia e información) regulará tiránicamente las redes sociales al objeto de imponer un pensamiento único afín al sistema, eliminando para ello, todo tipo de información y discurso que lo cuestione.

Estas directrices son un paso más en la instauración de normas y leyes universales que, con el apoyo de poderosas organizaciones como la Unión Europea (UE) y los varios organismos pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas (ONU) están siendo obligados a seguir la mayoría de los países. Por ello, cabe esperar que se incrementará la persecución a las personas que apoyen la moral natural o sostengan una postura que cuestione los postulados del sistema. Ya que todo apunta a que la ONU tiene como objetivo, manipular, aún más, la opinión pública a fin de imponer una ideología única acorde a sus intereses, mas contraria al bien común y a la ley natural. Basta recordar, tanto que la ONU ha clasificado el aborto como derecho reproductivo como su declaración de que la libertad religiosa no se puede anteponer a los llamados derechos del colectivo LGBT. Además, actualmente está ejerciendo una fortísima presión, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para obtener el control de las decisiones sanitarias, a nivel mundial, en casos de emergencia.

Por ello, cualquier argumento en contra de los mandatos impuestos en una pandemia o a fin de reducir el cambio climático es calificado, sin revisarse siquiera, de anticientífico o negacionista. Asimismo, se ha subvertido la ley moral natural y, al tiempo que se promueve la promiscuidad a través de la llamada “educación sexual integral” se fomenta el aborto como “solución ante los embarazos no deseados” prohibiendo en las redes sociales, por violentas, las imágenes que muestran la cruel realidad del aborto. Además, bajo un disfraz de inclusión y tolerancia se promueven los llamados nuevos derechos que, dan lugar a leyes tan absurdas que penalizan la “equivocación de género” (llamar a un hombre, hombre cuando éste ha señalado que se “auto percibe” como mujer).

Nos han repetido “ad nauseam” que el hombre, en la actualidad, goza de una libertad ilimitada y puede hacer lo que quiera y ser lo que desee, hasta las cosas más disparatadas. Sin embargo, últimamente se ha hecho evidente que la libertad de la cual “gozamos” no sólo es engañosa, sino que, además, es sumamente frágil y limitada. Ya hemos visto como la libertad de movimiento, de reunión, de trabajar, de estudiar, de comprar, de vender y aún de decidir; de manera informada y clara, sobre nuestra propia salud, puede ser mermada, a nivel global, prácticamente de un día para otro en nombre de la salud, del cambio climático, o cualquier otro tipo de “emergencia”. Ante esto, bien viene recordar la advertencia de Huxley: “A medida que la libertad política y económica disminuye, la libertad sexual tiende, en compensación, a aumentar. Y el dictador hará bien en favorecer esta libertad. En colaboración con la libertad de soñar despiertos bajo la influencia de los narcóticos, del cine y de la radio, la libertad sexual ayudará a reconciliar a sus súbditos con la servidumbre que es su destino.”

Desconfiemos de quien: “al mal llama bien, y al bien mal; que de la luz hace tinieblas, y de las tinieblas luz”. El sistema imperante, busca, a través de la depravación moral, adormecer y silenciar nuestra conciencia a fin de dictar hasta nuestros más íntimos pensamientos y esclavizar nuestra voluntad. Afortunadamente, estamos viendo la reacción, en varias partes del mundo, de una parte de la sociedad que se niega a aceptar ciegamente las tiránicas leyes, normas y medidas que, en nombre de perversas ideologías nos están imponiendo en diferentes áreas de nuestra vida. Y poco a poco, van sumándose las voces de quienes, cansados de tanta insensatez alzan la voz para decir basta haciendo un llamado a la cordura y a la libertad. A esa libertad que es, al decir del Quijote, “…uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida…”

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000387360