“EL FRACASO DEL FEMINISMO”
- daughterofcortes
- Apr 9, 2024
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En nuestra tan dividida sociedad es interesante notar que, tanto progresistas como conservadores unen sus voces para alabar los logros del movimiento feminista. Pues, aunque unos apoyan a la facción radical y otros al feminismo moderado, ambos, especialmente los conservadores, pasan por alto que dicha corriente se origina como una variante del marxismo en la cual el malvado patriarcado (clase dominante) oprime a las mujeres (clase dominada) a través de la institución matrimonial. De ahí que el feminismo, desde sus inicios, haya atacado ferozmente la concepción cristiana de la familia. Ya que, aún las primeras sufragistas (entre las cuales destaca el ícono por excelencia de las feministas moderadas, Susan B. Anthony) criticaron ferozmente a la familia tradicional en la cual; la mujer es sacrificada para ser esposa y madre. De ahí que promovieran la liberalización del divorcio y la emancipación de la mujer a través de un trabajo fuera de casa que, redujese su matrimonio y su familia, a solo un incidente más en su vida.
Varias décadas después, dos libros impulsarían el llamado feminismo de la segunda ola. “El segundo sexo” escrito, en 1949, por Simone de Beauvoir y “La mística de la feminidad” escrito, en 1963, por Betty Friedan y considerado uno de los libros más influyentes del siglo XX. Al grado que esta nueva corriente, que contó con el apoyo de varios intelectuales, líderes y medios de comunicación, se infiltró rápidamente en varios círculos sociales que, empezaron a despreciar el papel de la mujer, como madre y esposa, bajo la peyorativa frase “sólo es ama de casa”, como si el trabajo de una buena ama de casa no fuese tan extenuante como importante. Simone de Beauvoir expresó en una entrevista que: “Ninguna mujer debería ser autorizada a quedarse en casa y criar a sus hijos. La sociedad debería ser totalmente diferente. Las mujeres no deberían tener esa opción, precisamente porque si existe esa opción, demasiadas mujeres la tomarán.” Esto, desafortunadamente, lo han conseguido, pues son cada vez más las mujeres que ya no tienen la opción de elegir si quedarse o no en casa pues a la fuerte presión social se suma la difícil situación económica que obliga, a la mayoría de las mujeres, a salir de casa para contribuir económicamente al hogar al cual pueden dedicar cada vez un menor tiempo.
Asimismo, el feminismo que prometió "liberar" a las mujeres de su papel de esposa y madre incitó a las mujeres a la promiscuidad para lo cual promovió los métodos anticonceptivos a fin de que la mujer pudiese gozar de una sexualidad plena y sin consecuencia alguna. Encima, para cuando esto fallara, se incorporó el aborto a la lucha de las mujeres por sus derechos debido a lo cual, actualmente, muchas mujeres, renegando de su naturaleza maternal, deciden matar a sus hijos en su vientre a fin de mantener su total independencia y así poder llegar solas y borrachas a casa.
El feminismo prometió la felicidad plena más, actualmente, muchas feministas se encuentran descontentas y presas de una constante insatisfacción. Muchas mujeres buscando alcanzar las estrellas han acabado estrelladas y viviendo en constante contradicción. Por ello, muchas feministas no se ocupan ni en lo más mínimo de su físico mientras muchas otras se van al extremo de someterse a peligrosas cirugías y continuos retoques estéticos. La mayoría de las mujeres que se visten provocativamente se ofenden ante las miradas “cosificadoras” del hombre. Si un varón es caballeroso, es acusado de macho, prepotente y fascista. Pero si son igualitarios y dividen la cuenta de la cena con la mujer son unos frescos. Además, si el hombre gana menos que ella es un fracasado pero si gana más se aduce a la brecha salarial.
El movimiento feminista, al tiempo que exige derechos y privilegios a cuál más absurdos, ha menoscabado las cosas realmente importantes. Antes, el hombre para compartir la recamara con una mujer pasaba por el altar. Actualmente, en ocasiones, la mujer no espera ni que la inviten a cenar, menos aún aspira a que le prometan amor eterno. Además, los cada vez más escasos matrimonios sufren las consecuencias del divorcio sin culpa por el cual muchas mujeres son abandonadas por el esposo que se consigue una flamante y más joven mujer. Cosa que, ahora con la igualdad, también hacen ya muchas mujeres que dejan al esposo (y en ocasiones hasta a los hijos) por cualquier razón o sin razón alguna. Las relaciones sin amor y en ocasiones, sin el más mínimo compromiso, han dejado a muchísimas mujeres no precisamente liberadas ni empoderadas sino con el corazón roto y el alma destrozada.
La familia, bendito refugio donde se aprende lo más sencillo y a la vez lo más profundo y sagrado. El lugar donde se forman las virtudes y se corrigen los defectos, tiene cada vez menor importancia. El feminismo dice defender a la mujer cuando en realidad ataca y destruye su bien más preciado, la capacidad de dar la vida y de formarla. Un verdadero movimiento a favor de la mujer empieza por reconocer, promover y apoyar el insustituible papel de la mujer en el hogar, lugar de la plena realización para la mayoría de las mujeres. Como nos recuerda Alice Von Hildebrand: “Una cosa es cierta: cuando llegue el momento, nada de lo creado por el hombre subsistirá. Un día, todos los logros humanos se reducirán a un montón de cenizas. Pero cada hijo que una mujer haya dado a luz vivirá para siempre, porque se le ha dado un alma inmortal hecha a imagen y semejanza de Dios. Desde este punto de vista, la afirmación de Beauvoir de que 'las mujeres no producen nada' se vuelve particularmente ridícula".
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